domingo, 26 de abril de 2009

Programas de desarrollo en la Primera Infancia son decisivos en tiempo de crisis

Banco Mundial
América Latina y el Caribe
Comunicado de prensa No. 2009/315/ALC
Contactos:En Washington: Sergio Jellinek (202) 294-6232,
sjellinek@worldbank.orgStevan Jackson (202) 458-5054,
sjackson@worldbank.orgBanco Mundial: Programas de desarrollo en la primera infancia (DPI) otorgan soluciones efectivas en función del costo en América Latina Programas DPI son fundamentales en tiempos de crisis
WASHINGTON, 21 de abril de 2009— Los Programas de desarrollo en la primera infancia (DPI) constituyen una manera eficaz en función de los costos dereducir la pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe a mediano y largo plazo, en un momento en que la crisis financiera mundial continúa complicando a las economías de la región. Así lo aconsejó hoy el Banco Mundial a los encargados de formular políticas.En un nuevo informe regional publicado en preparación de las Reuniones de primavera anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional se advierte que la cobertura de los servicios de DPI en América Latina continúa siendo baja debido a que los programas existentes llegan solamente a unapequeña parte de los posibles beneficiarios, en particular entre los niños más pequeños.El nuevo informe titulado The Promise of Early Childhood Development in Latin America and the Caribbean: Issues and Policy Options to Realize It (La promesadel desarrollo en la primera infancia en América Latina y el Caribe: temas y alternativas de políticas para cumplirla) indica que más de 20% de la poblaciónde la región es pobre y que la proporción de niños pobres supera el 40% en algunos países. La región es una de las más desiguales del mundo, después de África al sur del Sahara, en cuanto a medidas de inequidad relativas adistribución de ingresos, influencia política, participación y casi todos los resultados en salud y educación.


“Desde hace mucho que está probado que invertir en la gente es rentable”, indicó Pamela Cox, vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Además, agregó que “un alto porcentaje de los niños de hogares pobres no logran su potencial de desarrollo total, lo cual estanca sus progresos físicos, cognitivos y socio emocionales”.Además, el informe indica que en la región, al igual que en todas partes, la pobreza y la desigualdad comienzan al momento de nacer y que los niños que nacen en el seno de familias pobres están más propensos a que sus padres tengan bajos niveles de educación, empleos de mala calidad, salarios reducidos y menos acceso a servicios públicos como agua y saneamiento, salud y educación.
Los programas de DPI son efectivos en función de los costos a la hora de ser aplicados por los gobiernos.
Los datos empíricos que aporta el nuevo informe demuestran que las intervenciones en la primera infancia son eficientes en términos económicos y tienen mayor rentabilidad que las inversiones que se hacen con posterioridad en jóvenes desfavorecidos. Además, indica que la eficiencia del gasto público podría mejorar si los recursos se destinaran hacia los jóvenes. De hecho, al actual ritmo del gasto, la tasa de retorno de las inversiones realizadas en los jóvenes es alta mientras que aquella de los mayores es baja.
“Aunque los programas de DPI atañen a poblaciones bien definidas y son inversiones con retornos comprobados, sólo recientemente los países de América Latina están avanzando hacia un enfoque holístico a la hora de ponerlos en marcha”, indica Evangeline Javier, directora regional de desarrollo humano del Banco Mundial, al tiempo que agrega que: “Solamente algunos países se encuentran en proceso de formular una política nacional de DPI. La mayoría de los programas que encontramos en la región provienen de esfuerzos independientes que varían en escala, servicios ofrecidos y forma de prestación”.
En Estados Unidos, un estudio de beneficios en función de los costos realizado por el Programa Perry Preschool registró un retorno social de más de US$17 porcada US$1 invertido en el proyecto. Asimismo, un análisis similar realizado por el Programa del Chicago Child Parent Center indicó que cada elemento delprograma tuvo beneficios económicos superiores a los costos. Con un costo promedio por niño de US$6.730 durante 1,5 años de participación, el programa preescolar generó un retorno total para la sociedad de US$47.759 por participante.
Otros análisis del mismo tipo realizados en algunos programas de países en desarrollo revelaron mayores ventajas. En Brasil, la relación entre costo ybeneficio se calculó en 2 y la tasa de rentabilidad entre 12% y 15%, mientras que en Bolivia la relación fue de entre 2,4 y 3,2. Además, una evaluación reciente de los resultados de escolaridad, que analiza el impacto de la expansión de la educación preescolar en Uruguay, calcula que las tasas de retorno llegan incluso al 14% y que la relación entre costo y beneficio es superior a 2,2.
Recomendaciones en materia de políticas públicas
El nuevo informe revela tres consecuencias importantes en lo que respecta a las políticas:
• En igualdad de condiciones, la rentabilidad de la inversión en la primera infancia será más alta que el retorno de inversiones realizadas con posterioridad, simplemente porque los beneficiarios tienen más tiempo para cosechar los beneficios obtenidos de estos recursos.• Las inversiones en capital humano tienen complementariedades dinámicas, de tal manera que a mejores resultados del desarrollo en la primera infancia, más altos serán los logros educacionales, mejores las consecuencias en salud y también en el mercado laboral.
• Aunque las políticas de educación son importantes, lo que sucede en las escuelas no es suficiente para igualar las oportunidades y disminuir la desigualdad.Es trascendental invertir tempranamente en los niños y sus familias, ya que el entorno familiar también juega un rol importante en el desarrollo de habilidades cognitivas y no-cognitivas.
“Asegurar que todas las personas tengan igualdad de oportunidades para desarrollar todo su potencial y llevar una vida plena es vital para el progreso económico y social”, indicó Emiliana Vegas, economista principal en educación del Banco Mundial y autora del informe. Además agregó, “en América Latina, la desigualdad de oportunidades explica una parte enorme de la desigualdadeconómica real: entre 20% y 50%”.
***DATOS BÁSICOS: Desarrollo en la primera infancia en América Latina y el Caribe
• Hasta hace muy poco tiempo, se creía que el cerebro humano estaba totalmente desarrollado al momento de nacer. Investigaciones recientes han demostrado queno es así: el cerebro sigue ampliando sus capacidades y formando conexiones durante los primeros años de vida. La adecuada nutrición, estimulación cognitiva y educación durante este período crítico ayuda a los niños adesarrollar hasta el máximo de su potencial.
• Los niños con enanismo nutricional tienen más probabilidades de desplegar pocas aptitudes cognitivas y a retrasarse en su evolución general. Si quienesestán a cargo del cuidado de los niños pequeños viven en condiciones de pobreza, estarán física y mentalmente estresados y con frecuencia serán incapaces de interactuar de manera significativa, enriquecedora y estimulante con sus hijos. Estos niños tienen más riesgos de ser descuidados, situación que afectará su desarrollo cognoscitivo y socioemocional. Por ello, el entorno enque nazca un niño desempeñará un rol importante a la hora de determinar sus logros como adulto.
• Dado que las intervenciones en la primera infancia han demostrado ser tan efectivas en reducir la brechas en los indicadores cognitivos, socioemocionales y de bienestar físico, pueden servir también para igualar las oportunidades.• El acceso a servicios de desarrollo en la primera infancia (DPI) y a los indicadores en este campo son muy disímiles en la región. Los niños de algunos países parecen estar recibiendo prestaciones adecuadas y sus indicadores son muy positivos. En otros países, en tanto, los niños enfrentan desafíos mayores y su desarrollo parece correr graves peligros.
• Los promedios, sin embargo, ocultan grandes disparidades en el porcentaje de niños y jóvenes que viven en condiciones de pobreza en la región. En Ecuador,México y Uruguay, por ejemplo, menos del 25% de los menores de 18 años viven por debajo de la línea de pobreza relativa. A diferencia de las tasasabsolutas, la línea de pobreza relativa se traza en relación con el nivel de ingreso y(o) consumo típico de un hogar o individuo en un país determinado. Eneste sentido, en una región como América Latina que se caracteriza por una creciente desigualdad, tiene sentido utilizar la línea de pobreza relativa.
• En el informe de UNICEF-CEPAL, los niños que viven debajo de la línea de pobreza relativa son aquellos pertenecientes a hogares con una mediana deingreso inferior al 50% de la mediana nacional. En el caso de Brasil y Panamá, la cifra se sitúa más cerca del 35%.• Las disparidades entre los países persisten cuando se observa la distribución de los niños con enanismo nutricional. Países como Chile, Jamaica y Cuba tienenmenos de 5% de niños en estas condiciones. En otros países, entre ellos Perú, Bolivia, Ecuador y Honduras, superan el 25%. Por su parte, Guatemala se sitúaen el otro extremo, puesto que más del 45% de los niños sufren este problema (CEPAL, 2005).
• Las intervenciones en la primera infancia son eficientes en términos económicos y generan rentabilidades más elevadas que inversiones realizadas enuna etapa posterior en los jóvenes desfavorecidos en EE.UU.• Las políticas de DPI son quizás uno de los recursos más promisorios al alcance de las autoridades responsables de la región que luchan por romper el ciclo de la desigualdad.• En América Latina, los niños de padres pobres tienen una probabilidad alta de ser pobres también. De hecho, cuando los adultos a cargo pertenecen a losgrupos carenciados, los niños enfrentan mayor riesgo de sufrir enanismo nutricional, enfermedades infantiles y mortalidad y morbilidad.
• En 2004, la tasa de pobreza rondaba los 22% en América Latina. Un porcentaje mucho menor (8,6%) vivía en condiciones de pobreza extrema. Y si bien las tasasde pobreza disminuyeron bastante en los últimos 20 años, la pobreza extrema desgraciadamente se redujo a un ritmo mucho menor.• Algunos países como Brasil tienen tasas de pobreza relativamente bajas si se considera a la población en su conjunto (16%), pero la proporción de niñospobres entre cero a seis años es mucho más alta (31%). En Nicaragua, El Salvador y Perú, casi el 50% o, en algunos casos, más de la mitad de los niñosde esas edades vive en condiciones de pobreza. Cuando se grafica respecto del PIB per cápita y se utiliza una línea de tendencia, se constata que en estos tres países, además de Guatemala, México, Brasil y Venezuela, hay más niños pobres que lo que indicaría su PIB per cápita.