sábado, 20 de agosto de 2011

Influencia de la nutrición y el afecto en el desarrollo cerebral infantil



Desde la vida intrauterina, los bebes necesitan recibir los nutrientes necesarios para formar el cerebro, a las 25 semanas de gestación se inicia la mielinización, que es el proceso por el cual las neuronas empiezan a interconectarse unas con otras, este proceso requiere de una suficiente cantidad de energía, ácidos grasos esenciales, proteínas y sobretodo de micronutrientes tales como el Acido Fólico, Hierro y el Zinc, todos estos nutrientes provenientes de la alimentación diaria de la gestante. Sin embargo, no es sólo la alimentación la que permitirá el normal desarrollo del cerebro, existe un ingrediente principal en el desarrollo cerebral y este es el afecto, es decir la interacción afectiva que tiene la madre con su bebe a través de caricias suaves a su vientre y palabras constantes, así como pensamientos positivos y sentimientos de amor.

El excesivo estrés, el agotamiento o las preocupaciones por la llegada del bebé afectan el desarrollo cerebral del bebé, porque no ingresa suficiente oxígeno al cerebro. Asimismo, el entorno físico y emocional de la madre es importante para un normal crecimiento y desarrollo cerebral. La contención afectiva de la pareja y/u otros miembros de la familia brindan seguridad a la gestante.


El nacimiento constituye un acontecimiento sumamente importante para el desarrollo cerebral del bebe, es el momento crucial de enfrentarse al mundo que lo rodea. Por ello, antes que el alimento necesita sentir el cuerpo de su madre (comunicación tónica corporal-contacto piel a piel), olerla, sentir su respiración, su calor, si el bebe es colocado desnudo en el pecho de la madre, poco a poco e intuitivamente realizará el arrastre al pecho, que le permitirá alimentarse del pecho de su madre. Los estímulos afectivos que reciba de su madre le dará la seguridad necesaria para emprender la vida demostrando que es capaz de valerse por sí mismo y que cuenta con un entorno que favorece su normal desarrollo.

Luego del nacimiento el cerebro del bebe requiere alimentarse para sobrevivir, pero a su vez para madurar sus órganos internos, este proceso es rápido y veloz, (pues triplica su peso entre el nacimiento y el primer cumpleaños), esta etapa es conocida como el “período sensible” debido al número de ventanas de oportunidades que se abren, pero que al mismo tiempo pueden cerrarse si no recibe el alimento y los cuidados constantes de su principal cuidador (adulto significativo).

Durante el “periodo sensible” el cerebro humano requiere no sólo de un ambiente adecuado para su desarrollo y organización, sino que a su vez requiere estar preparado para adaptarse al ambiente. Esto será posible en tanto reciba de sus cuidadores relaciones afectivas continuas y coherentes.

La lactancia materna constituye biológicamente una forma de ayudar a la sobrevivencia del bebe, en tanto da al niño los nutrientes necesarios, sin embargo, más allá de su función biológica ejerce una función psico-social, en tanto establece un vínculo afectivo que le da la seguridad y confianza para comprender el mundo que lo rodea e interactuar con su entorno físico y social, así como con su mundo interno (psíquico).

Si durante el primer año de vida los bebes establecen un apego seguro con el adulto que le es significativo, se estaría fomentando las nacientes capacidades del bebe para regular el estrés de la vida, a través del funcionamiento de sus sistemas cerebrales, responsables de la actividad mental, emocional y social (corteza orbitofrontal y el hemisferio derecho)

Los encuentros sensoriales entre el cuidador y el bebe va moldeando la organización cerebral del bebe. Acciones como mirarse mutuamente, jugar, tocarse, emitir diversas expresiones faciales, cambiar de posturas corporales al interactuar y coordinarse mutuamente son todos procesos que generan patrones mutuos de comunicación y regulación.

Finalmente es necesario concluir diciendo que el desarrollo cerebral del bebe permitirá potenciar la capacidad del ser humano para enfrentarse a la vida y desarrollar sus capacidades cognoscitivas, sociales y emocionales, para ello es necesario garantizar una buena nutrición y más aún una nutrición afectiva, es decir dar no sólo alimento sino afecto, en un ambiente positivo, que brinde seguridad y confianza.


Foto: http://www.pediatraldia.cl/01Nueva_carpeta/desarrollo_a.htm